Tras ir a hacer una copia de las llaves del piso de Adri para mi, los dos cojimos el metro en dirección Marqués de Vadillo. Antes de subir al piso, pasamos por el super para comprar todo lo necesario para hacer la cenita.
Manu (compañero de piso de Adri) nos cocinó unos espaguetis al Vodka muy buenos y nos preparó algunos cócteles (si comparto piso alguna vez, espero que mi copañer@ sea igual de apañad@ y maj@ que Manu). Contamos también con la presencia de Sara en la cena y con la de Claudia en copeo. Hasta ese momento todo fue muy bien. Cuando estabamos preparándonos para salir y cojer el último metro empezó a llover a mares. Tras unos momentos de vacile en la entrada del bloque salimos los cinco corriendo... en fin, vaya riadas. Llegamos a la boca del metro empapados y atacados de risa.
No olvidemos la conversación entre Albons y el segurata ni tampoco con los italianos del andén de enfrente.
La nórdica y yo nos bajamos antes para ir a low, y ellos siguieron para ir a elástico. Mientras nosotras subiamos por las escaleras para salir a la calle, bajaban Pauline y el resto de américanas (otra casualidad increíble). Nos convencieron y nos quedamos con ellas para ir a Pacha.
Son muy majas, divertidísimas y hablan bastante bien el castellano, aunque en general se habló en inglés. Era gracioso cuando se acercaban españoles porque, aunque Clau e incluso yo pasamos por extranjeras, no lo somos, y entendíamos todo lo que decían.
Una noche copada pero pasada por agua.
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